Magna Gurpea Navarra 3-2 Jaén Paraíso Interior || Los pamplonicas consiguen el primer punto de la eliminatoria después de remontar un tanto de Mauricinho y proteger la ventaja a base de contragolpes y errores del rival. Los andaluces tuvieron la oportunidad del empate a escasos segundos del final cuando Javi Alonso disparó al palo en la última opción del enfrentamiento (fotografías: Xota).
Una de las cosas que más atrae del fútbol sala es la pureza. Ayer, el escenario rebosaba ambiente de partido grande, con un Anaitasuna —un clásico— arropando a los suyos tras el tropiezo de Guadalajara y un Jaén con ganas de aprovecharse de la coyuntura. Como un partido de los de antes, ambos vestían de un solo color, verde y amarillo, como delimitando cuál era su papel. Sin mezclarse.
El Xota empezó con más fuerza, como viene siendo habitual, en busca de rápidos golpes para noquear a su rival. Rafa Usín o Yoshikawa fueron los primeros en probar a Dídac, pero el manotazo más mortífero lo daría Mauricinho al minuto y medio. Recibió un balón del arquero y se giró —los locales protestaron falta sobre Martil—, encontrándose solo frente a Asier. Definió con tranquilidad al palo largo y sumó el primer tanto para los andaluces. Entonces se sintieron cómodos los de Dani Rodríguez, con circulaciones largas y coherencia en sus movimientos. Eran los dueños del partido, a pesar de que hubo oportunidades para ambos lados.
La tensión y la competitividad del choque hizo que los colegiados se vieran obligados a señalar varias faltas, fruto de la tensión, en un encuentro complicado por la intensidad de ambos conjuntos. Esto sería importante después. Más allá del ecuador del primer acto, apretó el Xota en busca del empate y lo halló en las botas de Rafa Usín, que además de anotar es el verdadero canalizador del juego navarro. Recibe, regatea, se gira y construye la oportunidad. En este caso, recibió en banda derecha y pisó la pelota para deshacerse de su defensor. Encontró hueco y disparó al palo corto de Dídac, que no pudo evitar el emboque. A siete minutos del final, el madrileño aprovechó un lanzamiento de 10 metros para dar la vuelta al marcador antes del descanso (2-1).
Todo se desarrolló como se preveía, un partido igualado, con un Jaén que baja algún que otro peldaño fuera de La Salobreja. A la vuelta del intermedio cambió el chip y decidió atacar con más agresividad, lo que dio oportunidades al cuadro navarro para aumentar la ventaja. En una de ellas, Dídac fue de palo a palo para sacar una mano estratosférica (una más en la temporada) a un atacante verde. Sostenía el catalán a los suyos, pero lo emborronó en una jugada desafortunada en la que salió al borde del área y no consiguió despejar. El balón se quedó muerto en esa línea del área y Dani Saldise sólo tuvo que empujarla para poner el 3-1.
Era preciso una reacción en los andaluces si no querían recordar vestigios de hace dos años, cuando también perdieron el primer partido de la serie fuera de casa y tuvieron la presión de remontar en La Salobreja. Se echó encima y utilizó hasta tres porteros-jugadores (Dídac, Jordi Campoy y Mauricio) para acometer el objetivo. Con el primero de ellos se basó en hundir la defensa local, aunque sin demasiada incidencia del arquero. Con el segundo acertó a embocar Chino con la izquierda de disparo cruzado. Faltaban tres minutos y había esperanza, por lo que se probó con el tercer jugador distinto de quinto hombre. A apenas unos segundos de que finalizase el encuentro, a Javi Alonso le cayó una bola en la frontal del área y con la puntera logró impactarla con la precisión justa para dar en el palo, pero nada más. El Jaén se quedó a unos instantes de llegar a la prórroga y los navarros celebraron por todo lo alto una gesta más.
El próximo encuentro está citado para el viernes en La Salobreja, donde el Jaén sólo ha perdido contra el Movistar Inter y el ElPozo Murcia en toda la temporada. Allí tendrán que hacerse fuertes si desean dar la vuelta y jugar un tercer partido el domingo.
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