martes, 22 de febrero de 2011

LA DELANTERA DE CRISTAL

De izquierda a derecha: Juncosa, Ben Barek, 
Pérez-Payá, Carlsson y Escudero

Helenio Herrera prometió títulos cuando le fichó Cesáreo Galíndez, entonces presidente del Atlético de Madrid, y los consiguió. Tras una primera temporada exitosa, la 1949-50, llegó una sensacional, la 1950-51, en la que los rojiblancos revalidaron el título de Liga haciendo un fútbol de ensueño y con una línea de delanteros que parecía imparable: Juncosa, Ben Barek, Pérez-Payá, Carlsson y Escudero, conocida como la delantera de cristal. Recibió ese nombre porque las lesiones de Juncosa, Carlsson y Ben Barek impidieron verles juntos en más ocasiones.

La efectividad de estos jugadores, entre los cinco sumaron 71 de los 87 goles que el Atlético logró aquella temporada 50-51, fue espectacular y narran las crónicas de entonces que la clave fue dar con el delantero centro adecuado, ya que desde el adiós de Pruden en la campaña 40-41 los rojiblancos habían probado varios arietes sin tanta puntería como Pérez-Payá. Este alicantino de Alcoy llegó desde la Real Sociedad y jugó con ficha amateur al lado de otros jugadores ya consagrados en el club rojiblanco, como Juncosa y Escudero que, curiosamente, ya habían formado parte de otra línea legendaria, la delantera de seda, configurada por ellos en los extremos arropando a Vidal, Silva y Campos. 

Con el aterrizaje en el Metropolitano de Ben Barek (48-49), Helenio Herrera y Carlsson (49-50), la afición del Atlético pudo presumir de equipo de campanillas y de título de Liga, siendo ya la guinda el posterior fichaje de Pérez-Payá. Su llegada al equipo provocó además que Silva, que hasta entonces había jugado de delantero centro, retrasara su posición y encontrara su lugar ideal en el campo, ya que junto a Mújica compuso una línea media sobresaliente. 

Una campaña antes que Pérez-Payá, fichó por el Atlético Carlsson, un interior sueco que había sido campeón olímpico con su selección en Londres’48. Fue un interior izquierdo con gran visión de juego y mucha inteligencia que llegó del Stade Reims, donde jugó como delantero centro, pero con los rojiblancos se lució como interior durante las cuatro temporadas que militó en el club colchonero. 

Quien ya llevaba varios meses siendo el ídolo de la afición atlética era el veterano Larbi Ben Barek, otro jugador que había llegado desde el Stade Reims francés tras abonar el Atlético seis millones de francos de la época. Su clase, su talento y su puntería crearon alrededor una aureola de crack que le acompañó durante toda su estancia con los rojiblancos, siendo un puntal básico en los títulos de Liga 49-50 y 50-51. 

Por lo tanto, a los conocidos Juncosa y Escudero se les unieron los fichajes de Ben Barek, Carlsson y Pérez-Payá para componer la famosa delantera de cristal que explotó en la temporada 50-51, que fue la primera que se disputó con dieciséis equipos y en la que el Atlético partió de favorito por ser el último campeón. Aquel fue un campeonato intenso que no se resolvió hasta la última jornada, en la que el Sevilla y el Atlético se jugaron el título en un partido entre ambos en la capital andaluza y que terminó en empate a un gol, resultado que le valía al Atlético para ganar la Liga.

2 comentarios:

  1. Gran homenaje a Escudero, gracias de parte de un Atlético

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  2. Gracias!! Sirve de homenaje, pero fue escrito unos días antes de que falleciera...

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