martes, 13 de noviembre de 2012

ENTRENADORES FC BARCELONA. CÉSAR LUIS MENOTTI


Entrenadores de Leyenda (III): César Luis Menotti

Vavel recupera en un serial a los mejores entrenadores de la historia del mejor equipo del mundo. 9 entrenadores, 9 maneras de entender el juego. Desde Helenio Herrera hasta el Pep Team. Pasando por Rinus Michels, Johan Cruyff y Frank Rijkaard entre otros. Una forma de acercarnos a otra época, una forma de entender a entrenadores de Leyenda.

Entrenadores de Leyenda (III): César Luis Menotti
Menotti estuvo año y medio en el FC Barcelona. Foto | Archivo FCB.
César Luis Menotti nacido en Rosario, Provincia de Santa Fe (Argentina) el 5 de noviembre de 1938, entrenó al FC Barcelona desde el último tercio de la temporada 1982/83 hasta la temporada el final de la siguiente, cuando dejó el cargo al no haber cumplido con los objetivos propuestos en la entidad culé. El Flaco tiene como mayor legado el haber marcado un claro estilo de juego y guiar a la selección de Argentina a su primer título Mundial, conseguido en su propio país en 1978.

Tras su carrera como futbolista (Rosario Central, Racing de Avellaneda, Boca Juniors, New York Generals, Santos y Juventus -de Brasil-), Menotti comenzó su periplo como entrenador en Newell's Old Boys, equipo desde el que dio el salto a Huracán, allá por 1971. En “El Globito” alcanzó su primer gran éxito apenas dos años después al conquistar el Campeonato Metropolitano con un juego totalmente diferente al de la época. Aquel estilo marcó un antes y un después en el fútbol argentino.

Su forma de entender el juego, su filosofía, su forma de ser, marcaron un estilo de entrenador diferente. Nuevos conceptos como el del achique de espacios y una nueva mentalidad irrumpían en el fútbol mundial. "El gol debe ser un pase a la red" es una de sus frases más repetidas y que evidencia un pensamiento diferente al que había en aquellos años.

Para Menotti el fútbol de ataque era prioritario ante todo lo demás, ante cualquier resultado. Buscando siempre la limpieza en su fútbol, sus equipos hacían un canto al fútbol asociativo, de largas combinaciones en busca de la portería rival y basándolo todo sobre un mismo eje: la técnica de sus jugadores.

Paradójicamente, dentro de su estilo limpio utilizó una trampa en su defensa, obligatoria hoy, desleal en aquellos tiempos. Esta pícara estrategia no era otra que la trampa del fuera de juego y los movimientos colectivos de su línea de defensa en armonía para dejar al contrario en posición irreglamentaria con asiduidad. "Siempre es mejor adelantarse y jugar al achique para recuperar la posesión del balón lo más adelante posible", ha explicado siempre. En cuanto al dibujo táctico, Menotti prefería utilizar cuatro defensores, un volante de contención y otros mediocampistas con soltura ofensiva para abastecer a sus delanteros.

Con estas ideas, “El Flaco” llegó a la selección albiceleste en 1974, la cual en aquellos momentos era un auténtico desastre. Su seriedad y poder de convicción le permitió lo que a los demás era imposible. Estar un tiempo duradero en el banco. Con él, Argentina conquistó el mundo en su Mundial de 1978, el primero que el combinado sudamericano conseguiría. Tal era su carácter que, como el mismo confiesa, "Cuando finalizó el partido (la final ante Países Bajos), pocos saben que me fui a festejar con la gente al Obelisco. Le pedí al utilero que me disfrazara para que no me reconozcan y me fui escondido en una camioneta. Era una promesa. Cuando llegué, no quedaba casi nadie, pero igual tuve mi festejo".

No contento con este título, Menotti solicitó dirigir a la selección juvenil que disputaría en Japón el Mundial de 1979. Con Maradona, Ramón Díaz y Calderón como máximos exponentes, la albiceleste deleitó al mundo con su fútbol atrevido. Fue el último gran éxito del rosarino con su selección, con la que terminó su idilio después de decepcionar en España 1982, en un Mundial en el que cayó en la segunda fase tras no superar ni a Brasil ni a Italia.

Menotti llega al FC Barcelona

Con este currículum llegó Menotti al FC Barcelona. Corrían malos tiempos en el entorno culé, un club que aspiraba a ganar y que veía como no era capaz de encadenar períodos duraderos de éxitos. Por este motivo, en una mala campaña, el alemán Udo Lattek fue destituido y provocó la llegada del argentino, que debutó como entrenador en Primera División el 12 de marzo de 1983, en un duelo ante el Real Betis que se celebró en el Camp Nou y que finalizó con empate a un gol.

Al día siguiente de su presentación en Barcelona, César Luis Menotti ya dejó entrever que era un entrenador diferente y habló de un tema que reflejaba la necesidad blaugrana y que nadie había tocado hasta la fecha: las urgencias históricas. En su primera rueda de prensa como técnico culé fue cuestionado sobre si podría trabajar con tranquilidad. Su respuesta fue rotunda. “Aquí ustedes tienen unos profesionales excelentes, cargados, eso sí, de una urgencia histórica que es conseguir títulos. Esta urgencia atenta contra los plazos necesarios para trabajar bien. No nos tenemos que volver locos, tenemos que trabajar con tranquilidad, siguiendo la línea recta” comentó, además de añadir que “hay que crear un estilo. El Barcelona es conocido en el mundo entero por su potencia económica, por el estadio, por la pasión de los barcelonistas, por cómo representa a Cataluña, pero no por un estilo de juego, y éste es el logro que quiero conseguir”.

Buscando su estilo propio de juego, el final de temporada de aquel Barça fue apoteósico, conquistando la Copa del Rey y la Copa de la Liga ante el Real Madrid.

El partido de la Copa del Rey llegaba en un mal momento para ambos. Tras firmar temporadas discretas, Barcelona y Real Madrid se veían las caras en La Romareda, engalanada para la ocasión. Un gol de Marcos Alonso, cuando el partido arribaba al final, desniveló el marcador en el que figuraban los tantos de Víctor para los culés y de Santillana por parte madridista.

En la Copa de la Liga el partido de ida se disputó en el Santiago Bernabéu y acabó con 2-2 en el marcador en un encuentro que pasará a la historia por el gol de Maradona que puso al coliseo madridista en pie. En la vuelta, el Barça se impuso en el Camp Nou por 2-1, con goles del propio argentino y de Alexanco, que superaron al del madridista Santillana.

Pero las cosas en la temporada siguiente se fueron complicando con el paso de los meses, algo muy común en la entidad culé de la época. A pesar de ganar la Supercopa de España ante el Athletic de Bilbao, la grave lesión sufrida por Maradona y los malos resultados certificaron el fin de una corta etapa. Aquella temporada, el Barça cayó en los cuartos de final de la Recopa, tras ver como el Manchester United remontaba un 2-0 de la ida y le endosaba un doloroso 3-0. En Liga, los blaugranas terminaron terceros detrás de Athletic y Real Madrid, en un campeonato que se decidió en los últimos minutos de la última jornada. En la Copa del Rey cayó derrotado en la final ante el conjunto bilbaíno, que hacía doblete, en un choque que se decidió gracias al gol de Endika y que terminó en una batalla campal entre ambos conjuntos.

Adiós Maradona, adiós Menotti

Tras aquel bochorno de la reyerta en el Bernabéu entre vascos y catalanes, Maradona abandonó la entidad barcelonista. Y como hasta la llegada de Cruyff, el destino del entrenador y el de la estrella iban de la mano en el FC Barcelona. Kubala impuso a su suegro Daucik para el banco, Helenio Herrera se llevó a Suárez al Inter y antes de que llegara el Cruyff futbolista ya estuvieron en el Barça dos de sus entrenadores como fueron Buckingham y Michels. Sucedió lo mismo con Simonsen, que llegó  a Barcelona anticipando el fichaje de Udo Lattek, con el que habían triunfado en el Borussia Mónchengladbag. Maradona desentonaba con el alemán y se trajo a Menotti. Se fue Diego y se fue “El Flaco”, dejando su puesto a Venables, que trajo a Archibald, Lineker y Hugues. Así fue siempre hasta que Johan Cruyff llegó al FC Barcelona y comenzó una nueva etapa, en donde el Barça es quien se atribuye el poder de convertir jugadores en estrellas.

El argentino se marchó del FC Barcelona tras poco más de una temporada dejando en el camino tres títulos y una nueva idea de juego. Tras dos años de parón, continuó entrenando a Boca Juniors (en dos etapas), Atlético de Madrid, Peñarol, México, Independiente (en tres ocasiones diferentes), Sampdoria, Rosario Central y Tecos.

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