Lucuix: confianza sin excesos
© Getty Images
En el fútbol hay derrotas que confirman candidaturas. Este ha sido el caso de Argentina y su caída ante Italia por 3-2 en la segunda jornada de la fase de grupos de la Copa Mundial de Futsal de la FIFA Tailandia 2012, un traspié que, en lugar de generar dudas en los entendidos, no hizo más que confirmar que la Albiceleste puede dar un dolor de cabeza a las potencias.
Esta situación la pone en el papel de favorita para vencer a Australia en su decisivo tercer partido del Grupo D, un resultado que le permitirían avanzar a los octavos de final. “No me gusta mucho hablar de favoritismos”, le dice a FIFA.com Matías Lucuix, el único integrante del plantel que milita en el súper competitivo futsal español. “La lógica indica que deberíamos ganar, pero si no lo demostramos en la cancha, ¿de qué te sirve?”, se pregunta el habilidoso ala del Inter Movistar.
Lucuix acepta que, en líneas generales, el rendimiento del equipo ante Italia fue satisfactorio. Sin embargo, también admite ciertas falencias. “Llevamos el peso del partido y transformamos al arquero rival en figura, eso siempre te marca algo. Reconozco que en el primer tiempo les regalamos la cancha, pero tuvieron algo de suerte en dos de los tres goles. O sea, ellos fueron prácticos y nosotros no”, enfatiza.
Argentina tampoco cometerá el error de subestima a Australia. “Tienen un juego ordenado y muy físico, que durante 15 minutos le sirvió para hacerle partido a Italia. La clave será jugarle entre líneas sin olvidarnos de lo nuestro, que es defender bien y arriesgar en los momentos justos”, explica el jugador.
Confianza mesurada
La capacidad para analizar el juego de Lucuix no debería extrañar nadie. De hecho, fue uno de los atributos que le permitió saltar del futsal argentino al español en 2006 con 21 años. Atrás dejaba el comienzo en el club Tigre con sus amigos y una estadía de siete años en River Plate, el equipo de sus amores.
Contrariamente a lo que uno puede imaginarse, Matías nunca probó suerte en el fútbol de 11. “A la edad que muchos lo intentan, yo empecé a viajar con la selección argentina de futsal y una cosa llevó a la otra. Cuando surgió lo de España no lo dudé y me fui. Era mi oportunidad de vivir de lo que me gustaba”, rememora este admirador del brasileño Vinicius y del español Torras.
Ahora, a días de cumplir 27 años, Lucuix está disfrutando de su segundo Mundial, luego de integrar el plantel que participó en Brasil 2008. “El primero no se olvida, pero este se disfruta distinto. Acá llegamos todavía por detrás de Brasil, España y hasta de Rusia, pero compartiendo un segundo pelotón con Italia e Irán. Las expectativas son otras”.
Al ala no le preocupan los elogios que recaen sobre él, sino el objetivo grupal. “El equipo va creciendo, y creo que no alcanzar los cuartos de final sería un paso atrás. Pero recién podríamos decir misión cumplida si llegáramos a semifinales. Las posibilidades están, porque siento que en el mano a mano podemos ganarle a cualquiera”, finaliza.