domingo, 11 de noviembre de 2012

PÓLVORA EMOCIONAL


Pólvora emocional

Colombia celebra el segundo gol conseguido ante Irán (foto: Getty Images).
Duro es el camino en el que el castigo se asienta como nota predominante, donde la dominación es absoluta por parte del superior y apenas se concibe luz que alimente la esperanza, cercenada con látigos de realidad que abofetean la dignidad. No hay recursos ni alternativas que consigan contrarrestar el puño de hierro, pero sí que existe el combustible que abandera la resistencia, esa gota minúscula de valentía que conduce a intentar lo imposible. Colombia llenó el vaso.

Nada invitaba a pensar en la gesta, ni siquiera los antecedentes propiciaban una lectura positiva acerca de los cafeteros en el enfrentamiento que les reuniría con los iraníes. Éstos,enorgullecidos por el empate inicial ante España, ya veían su nombre inscrito en los cuartos de final. Sin hipocresía que nuble la vista, aquella lectura dominaba la mente de todos, incluso de los colombianos, cuya clasificación para las eliminatorias dependió de un cúmulo de improbables resultados que se consumó con el desastre de Guatemala ante Islas Salomón. Todos erraron.

Echando un vistazo a las estadísticas, la presencia asiática denota dominio y acoso. Y así fue. Colombia supo jugar sus cartas presa de la evidente inferioridad a la que se enfrentaba y optó por desentenderse descaradamente del esférico. Les fue bien, un contraataque cuando se rondaba el minuto 30 de encuentro adelantó a los sudamericanos gracias a Yefri. En ese mismo instante, la escuadra dirigida por Arney Fonnegra había disparado seis veces menos que los iraníes (42 chuts frente a siete). Impensable.

Todo hay que decirlo, factores externos impulsaron que la pendiente favoreciera a colombianos por una acción duramente castigada por los árbitros: Tayebi fue expulsado por, al parecer, infligir dolor intencionado a Lozano; algo, que a tenor de las imágenesparece incierto. Casi sin darse cuenta, los latinos se veían en superioridad y con la posibilidad de acariciar los cuartos de final en su primera participación. Angellot anotó el segundo. Euforia.

Y no fue fruto de un juego cargado, interrumpido o farragoso (únicamente cinco faltas por parte colombiano), muestra de ello son las tarjetas: la ya mencionada roja inexistente y amarilla para Sierra en el último minuto; sino que el mérito cafetero radicó en aguantar las embestidas, cohesionar líneas y, sobre todo, no rendirse. A la cabeza, Juan Lozano, contribuyó a desbaratar 53 de los 54 disparos ocasionados por Irán, que sólo pudo penetrar su arco en el número 45. Encarguen ya la estatua para el cancerbero en el centro de Bogotá.

De nada sirvieron los 14 saques de esquina adversarios (por ninguno de los pupilos de Fonnegra) o el 69 % de posesión de los de Ali Sanei.

Tres disparos a puertas que resultaron fructificar en dos goles y firmar una hoja dorada en el libro de hitos del futsal. En su primera participación, Colombia ha pasado de despedirse de Tailandia a encontrarse entre los ocho mejores conjuntos del planeta (Ucrania le espera). La pólvora atacante iraní quedó mojada, dotando con un cargamento moral a Colombia, la auténtica pólvora buena.

ANTONIO PULIDO

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