El debut del Peñíscola en la Copa de España irá unido de la mano al primer año de Cani como entrenador principal. No obstante, el catalán ya había participado en cinco más como ayudante de Marc Carmona en el FC Barcelona, por lo que no perderá la costumbre en una plantilla que en su inmensa mayoría es neófita en el torneo más esperado del fútbol sala nacional. Se estrenará este viernes, a partir de las 19 horas, ante el Jaén Paraíso Interior (fotografías: Andreu Serret/Peñíscola RehabMedic).
El primer año como entrenador principal de un equipo no iba a impedir a Cani romper con su tradición de asistir a la Copa de España. Será la séptima consecutiva a la que asista tras seis años en las que se personó como ayudante de Marc Carmona en el FC Barcelona. Sin la obligación de hacerlo, como sí tenía en su etapa culé, esta primera participación con el Peñíscola hace que sea especial. Es el capitán del barco, el responsable del mismo. "Después de estar tanto tiempo como segundo entrenador en uno de los mejores equipos necesitaba esta oportunidad. Con el Barça he vivido de todo, victorias, pero también derrotas. Aprendí que desde el primer momento tienes que estar concentrado y al máximo nivel. Un mal inicio lo puedes pagar, a pesar de que luego intentes recuperarte. Hay nervios, incertidumbre y puedes acabar pagándolo. Es fundamental jugar como lo venimos haciendo sin tener en cuenta que es un trofeo del KO. Valoro muchísmo que el Peñíscola me haya dado esta oportunidad y en el día a día intento aprovecharla porque sé que soy un privilegiado. Al final, lo que intento es dar lo máximo de mí para que los jugadores progresen. Además, al ser mucha gente joven, tenemos que formarnos. Las cosas están saliendo mejor de lo esperado. Si le preguntas a cualquiera te dirán que estamos haciendo un trabajo que superan las expectativas iniciales", dice el catalán. No le falta razón, pues firmó dos años con los castellonenses y, al margen de no sufrir para conseguir la permanencia, le pidieron que en al menos uno de ellos se clasificara para la Copa de España. Algo que ha conseguido. Con mucha holgura."Ha sido en la primera y las circunstancias nos han llevado a eso después de una grandísima temporada. Es muy especial participar con este club, porque es humilde y porque seguramente no estará entre los diez equipos de la categoría. Con trabajo, ilusión y ganas al final nos hemos metido", me recuerda. Cani tiene a su disposición una plantilla inexperta en esta competición. Rebuscando en sus jugadores tan sólo saben lo que es jugarla Orzáez (Ribera Navarra) y Raya, este último con un papel testimonial en el triunfo del Inter en Guadalajara hace un año. El resto, aunque son hombres de garantías, como vienen demostrando en la Liga Juanqui, Míchel o la dupla Juan Emilio-Esteban, se encontrarán con un nuevo ambiente. Los nervios del estreno son el principal enemigo, algo que tendrá que manejar con maestría el técnico catalán: "Tenemos puntos fuertes y débiles. Somos inexpertos en jugar este tipo de competiciones, pero dada la juventud de jugadores y cuerpo técnico afrontamos todo lo que nos venga al máximo nivel y con mucha ilusión. Ese es el camino que nos lleva a sacar buenos resultados. Motivar a los jugadores para una Copa de España es fácil, lo difícil es concienciar al equipo y que todo lo que rodea a la situación no nos haga tener miedo, dudas o sobreexcitación".
Le pido entonces que cómo lo hará, pues los nervios no se pueden entrenar. "Intentaré hacerles ver con una charla con ellos que todo lo que hicimos nos tiene que dar seguridad y ser optimistas de que vamos hacerlo bien porque hemos demostrado que hemos competido contra todos. Darles seguridad en sí mismos", asevera, con total confianza en sus hombres. La ilusión debe de moverlo todo. No es un dato baladí que Peñíscola es el municipio de toda Primera División con menor número de habitantes (poco mas de 7.000), lo que añade mérito a lo conseguido este año. Como es evidente, todo se transforma en el traslado de Barcelona hasta su nuevo hogar. Un ambiente más cercano y también más limitaciones. Con ese maremágnum Cani ha provocado que afición y equipo permanezcan unidos de forma envidiable, por eso no duda en señalarme a los aficionados como uno de los "puntos fuertes del club". "Jugar en Peñíscola no es fácil para el rival y se ha convertido en un gran activo para nosotros. Tanto en los partidos de casa como a domicilio hay gente que se desplaza para animarnos. Son un ejemplo. Y eso se nota en la calle. Cuando voy paseando por el pueblo me para la gente para decirme que sí, que viajarán hasta Ciudad Real", me transmite, como si yo mismo pudiera palpar a través del teléfono la expectación creada.
Los seguidores son fundamentales. El Peñíscola es el testigo natural de históricos equipos en Castellón como el Playas, el Balnul Nules o, más recientemente, el Benicarló. El éxito del Vijusa, ya en Valencia, también contribuyó a que permaneciera la fiebre por el fútbol sala en la Comunitat. "En la provincia siempre hubo tradición de fútbol sala y eso se respira. Hay gente de la actual directiva que ya perteneció a la del Benicarló. Cuando fiché por aquí, Javi Rodríguez me dijo: 'Ya verás. Vas a una zona donde el fútbol sala es un deporte muy querido'. He ido alguna vez al Ciutat de Castelló y se nota. Es una zona que merece tener esta disciplina al alto nivel", continúa sin dudar en coger el testigo del pasado.
No tienen más que fijarse en el último debutante, el Jaén Paraíso Interior, para darse cuenta de que un estreno no es necesariamente un marrón. Además, los andaluces son su adversario en los cuartos de final de Ciudad Real, donde el Quijote Arena mutará en La Salobreja durante el transcurso del partido. Le sugiero la palabra "miedo" y me la rechaza inmediatamente. "Lo que me sugiere es respeto. Siempre el rival me lo despierta en cualquier fase del juego. No me preocupa porque la última jornada jugamos en Tudela, en un ambiente infernal, y el equipo ha respondido. Lo que me preocupa es que hagamos un buen partido y que estemos bien. Estoy convencido de que si jugamos a nuestro máximo nivel tendremos posibilidades de ganar", afirma.
Más allá de eso, los duelos entre ambos se extienden desde que militaban en Segunda División y, más tarde, ascendieron en la misma temporada. Es una rivalidad especial que este año se ha trasladado a la lucha por la cuarta posición, donde los castellonenses tienen ganado el golaveraje: "Sí que ha habido ciertos episodios entre ellos, pero todo lo que pasa en la pista se queda ahí. Hay cierta rivalidad, como la hay en otros equipos. Espero un partido muy equilibrado, donde los pequeños detalles marcarán la diferencia, porque si analizamos los partidos que hemos jugado esta temporada creo que cualquiera podría haber ganado. Fueron muy ajustados. No hay mayor motivación para los dos que jugar una Copa de España, por eso vamos a estar enchufados. Es un equipo que se reforzó muy bien, sobre todo en la portería, con un guardameta que marca diferencias. También tiene dos muy buenos pívots. Practica un buen fútbol sala, buen ataque posicional, buena estrategia, defiende siendo intenso y agresivo y me parece un equipo muy completo".
Y si dudan, una de las soluciones será mirar al banquillo. Cani conoce los entresijos de ganar. Lo hizo con el Barça. Sí, fue con el Barça, donde todo parece más sencillo, pero en el conocimiento de los éxitos también reside la oportunidad de repetirlos, en definitiva, el camino. En Peñíscola esperan que su entrenador tampoco pierda esa costumbre, la de seguir ganando.
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