Diego Quintela regresa este domingo a casa. Será diferente, la primera vez que visita el Fontes do Sar vistiendo la camiseta del FC Barcelona para medirse a su Santiago Futsal (Foto: Nerea Lago).
El Multiusos Fontes do Sar despidió el 22 de abril de 2016 al mejor referente de la cantera Santiago Futsal en su corta pero intensa historia. Y lo hizo con la humildad, alegría e ilusión que caracterizan a Diego Quintela, eterno 23 que ya luce en todo lo alto. Merecido homenaje al compromiso en persona, se echará de menos al fenómeno de Arzúa.
El protagonista de este artículo lleva batiendo todos los registros de precocidad durante su increíble y meteórica carrera. A pesar de que Diego Quintela aterrizó en este deporte a la tardía edad de 16 años y, como él mismo indica “sin saber nada de fútbol sala”, sus pasos en Santiago fueron igual de rápidos que su juego sobre la pista, siempre dos por delante del resto de jugadores. Un buen día alguien, con muy buena vista por cierto, lo rescató del fútbol 11 de su Arzúa natal para proponerle un reto mayúsculo que no ha cesado hasta la fecha.
En la 2008/2009, con 17 años, recala en el Santiago Futsal Juvenil para vivir una temporada inolvidable que se culmina en Granada. Allí, a casi 1000km de su casa, Quintela se proclama campeón de España con una final antológica, precisamente, ante el FC Barcelona. Diego anota el 5-5 que permitía al equipo santiagués forzar la prórroga y vencer en los penaltis. En ese equipo jugaban Santi y Tallón y lo entrenaba Mon Barreiro que no dudó en permitir el primer salto al filial dirigido por Valladares. Comenzaba la historia mutua de afecto.
En la 2009/2010 Diego Quintela realiza otra gran campaña en el filial compostelano con Santi Valladares. Al joven de Arzúa se le empiezan a observar detalles distintos que auguran un prometedor e ilusionante futuro. Sus buenas tardes sobre el parqué de Santa Isabel permiten al técnico dar un nuevo empujón e ir convocado con el primer equipo de Tomás de Dios. El 10 de abril de 2010 debuta en Primera en Zaragoza acompañando a Alemao, Pola, Aicardo, Eka o Leitao. En Sar, una semana después, ante Carnicer Torrejón con el 17 a la espalda.
El premio a su trabajo le llegó en forma de pretemporada 2010/2011 y posterior convocatoria para la Supercopa de Guadalajara de la que sería, indudablemente, protagonista. Diego, como rezaba su nueva camiseta con el 23, pensaba que no obtendría minutos y gozó de los importantes. En semifinales, con el 2-2, forzó de nuevo una prórroga y posterior clasificación. En la final, ni más ni menos que ante el todopoderoso Inter Movistar, Quintela anotó el 3-2 a falta de 40 segundos que le daba el título al equipo santiagués. Menuda carta de presentación a nivel nacional.
Inolvidables palabras de Alemao en el vestuario en plena celebración, “es muy grande, un pimpín, pero muy grande” gritaba el líder de aquel equipo mientras abrazaba al súper campeón de España. El héroe del torneo, tras dos temporadas fulgurantes, llegaba a lo más alto de dónde ya no se movería hasta el día de hoy. Esa misma temporada del debut como miembro de la primera plantilla, Diego Quintela se convirtió en el jugador en formación que más partidos y minutaje han disputado en su primer año como profesional en la historia del club.
A partir de ahí, el mejor referente de la cantera y la filosofía Santiago fue haciéndose un hueco entre los mejores a base de trabajo, sacrificio, compromiso, humildad e ilusión elevado a la máxima potencia. Diego Quintela, con 150 partidos en la élite y más de un centenar de goles con este escudo, ha vivido el cambio del club desde dentro, de los brasileños al “futsal da terra”, de la bonanza económica a la mayor crisis extradeportiva que a punto estuvo de tener un fatal desenlace. De celebrar títulos a celebrar permanencias y existencias sobre la bocina.
Pero él siempre apostó por el “loita polo que queres” y Santiago y Quintela querían futsal. Nunca se bajó del barco en pleno naufragio aunque un trasatlántico como Inter quisiese rescatarlo y, cuando al fin un grande como el Barça pudo convencerle, el decidió seguir remando una temporada más, la más difícil de la historia, con ese carácter alegre y familiar que le caracteriza. El fútbol sala aún le iba a conceder un penúltimo deseo en Compostela y, en el mismo día de su despedida y homenaje, vivió el debut de su hermano Dani con el que jugó unos minutos.
Ocho temporadas después se va un grande y su 23 ya luce para siempre en lo alto del Multiusos Fontes do Sar como en su día lo hizo el de Jordan en el United Center de Chicago. Como dice el compañero Reigosa, quizá algún día decida volver a casa y vestir la camiseta del Santiago Futsal, entonces bastará con bajarla del techo del pabellón y devolverle el dorsal 23 hasta que él quiera. Ojalá ese momento llegue. Se le echará de menos, un ejemplo de que soñando y trabajando se puede tocar el cielo, un ejemplo para todos esos niños que algún día quieren ser Diego Quintela. Gracias por tanto.
Queremos despedir este artículo homenaje con las palabras de su padre, futbolísticamente hablando, y del propio protagonista de esta bonita historia. Santi Valladares: “A nivel deportivo es como cuando a un hijo lo ves nacer, crecer y formarse a todos los niveles. Estás detrás prácticamente todos los días del año y, al final, viene una chica guapa te lo lleva y de vez en cuando vendrán a casa a comer. Quintela es mucho Quintela. Lleva todos los valores de este club metidos en vena, un jugador que vamos a echar mucho de menos. Estoy feliz porque me siento parte de su triunfo, estoy segurísimo de que lo va a continuar en Barcelona porque tiene todos los valores que un deportista debe tener: trabajo, humildad, compañerismo y es un tío alegre. Transmitió todo lo que recibió desde que llegó, fue un apóstol de lo que aquí se viene promulgando desde hace diez o doce años”.
Diego Quintela: “Llegué con 16 años sin saber nada de fútbol sala. Gracias a este club y a estos entrenadores, poco a poco, me fueron enseñando este deporte y hoy, con 24 años, soy internacional y jugador de uno de los mejores equipos del mundo. Esto solo pasa aquí, en Santiago Futsal. Quiero agradecer a mi familia y amigos por estar siempre ahí, a la directiva porque año tras año saca este proyecto adelante, al cuerpo técnico y mis compañeros. Por último dar las gracias a toda la afición porque ni en mi peor partido me pitasteis, sino todo lo contrario, siempre animándome. Todos formamos el Santiago Futsal. Siempre seré uno de vosotros”.
Fer Romero
No hay comentarios:
Publicar un comentario